domingo, 9 de octubre de 2011

LENGUA, HABLA Y NORMA


Todos los seres humanos, sin distinción, tenemos la capacidad de comunicarnos; a esta posibilidad se le ha llamado lenguaje. Cada grupo humano ha seleccionado una parte del material comunicativo para su propio uso y le ha nombrado lengua; así hablamos de las lenguas inglesa, francesa, maya rusa, otomí, entre otras.

Es evidente que las lenguas tienen como fin primario establecer la comunicación entre los miembros de una comunidad; por tanto, su funcionamiento se reduce a la interpretación constante, por parte del oyente, de una serie de señales que emite el hablante. Esto supone que tanto uno como otro deben poseer en la mente el inventario o código de señales, para que al oírlas o leerlas puedan proceder a su identificación.

El aprendizaje de este código común se desarrolla progresivamente con la vida humana. Un niño, por lo general, tiene menor posibilidad de comunicarse que un adulto precisamente porque su lengua es más reducida; porque su código mental cuenta con menos elementos.

De la amplitud que tenga el código de posibilidades lingüísticas que todos poseemos, depende nuestra capacidad de comunicación; de aquí la importancia que tiene el estudio sistemático y progresivo de la lengua materna. El enriquecimiento lingüístico nunca termina, pero las etapas más intensas y decisivas de su formación son la infancia y la juventud. Esta es la razón por la que los estudios de la lengua ocupan un lugar muy importante en los programas de las instituciones educativas:

Las lenguas son métodos de pensar y hablar. Los hombres en sus respectivas lenguas

hablan y piensan. Una nación que piensa según el artificio gramatical de su lengua no

muda jamás este método de pensar y hablar (Lorenzo Hervas y Panduro).

De la cita anterior se concluye que la lengua modela, conforma y estructura la mentalidad de cada pueblo. La realidad, que es igual para todos los hombres, está dividida y comprendida de distinta manera por cada grupo que posee una lengua diferente. Los hablantes de una lengua se agrupan entre sí, porque han dividido la realidad de manera semejante. Si una persona desea conocer una lengua extranjera, no le bastará aprender las palabras de esa lengua sino que deberá enseñarse a pensar precisamente de esta nueva manera, que en muchos casos, puede ser opuesta o muy distinta a la forma como se piensa en la lengua materna.

Desde su inicio, todas las lenguas han tenido grandes o pequeñas modificaciones en el tiempo y en el espacio. El español que se habla hoy no es igual al que se hablaba en el siglo XVII; del mismo modo, la manera de hablar en México, D.F. es distinta de las formas usadas en Mérida, Monterrey, Guadalajara y otras ciudades o regiones de la república mexicana.

El habla es la expresión individual de la lengua; su realización concreta y personal, reflejo intelectual de cada persona. El habla propia de una región o territorio que se deriva de una lengua madre se le conoce como dialecto. Por ejemplo: el español y el italiano nacieron como dialectos del latín, lo mismo que el portugués, el gallego y el catalán. Podría decirse que la diferencia entre idioma y dialecto reside en la amplitud de área en que se usan. El idioma abarca uno o varios países; el dialecto va surgiendo en regiones y puede permanecer o no (en Oaxaca existen más de veinte dialectos derivados del que fue un idioma: el zapoteca).

En nuestro contexto, consideramos la norma como la forma propia de hablar de un determinado grupo o sector social. Cada hablante o sector social conviene en utilizar sólo algunas formas de expresión que ya han formado hábito y con las cuales se comunica perfectamente. Esta norma, a través del tiempo y de las circunstancias sociales, puede deformarse por el mal uso que se haga de ella. Estas deformaciones son, entre otras, la jerga, el caló y los modismos.

La jerga y el argot pueden utilizarse como sinónimos, sin embargo, los lingüistas distinguen la jerga del argot en función del tipo de lenguaje y del nivel cultural de las personas que lo usan. De este modo, llaman argot al lenguaje formal de los profesionistas en sus diferentes especialidades. En cambio, llaman jerga al lenguaje informal de las personas que desempeñan determinados oficios o actividades. Por ejemplo: el lenguaje especializado de los médicos, abogados y otros profesionales en sus respectivos congresos, es argot; y el lenguaje informal de los estudiantes, profesores, locutores deportivos, entre otros, es jerga. Ejemplo:

El torero logró una gran faena al quinto de la tarde, aunque el astado se volvió más quedado en el segundo tercio, pero aún así, le practicó tremendo muletazos de derecha, de izquierda y de pecho; y remató con una profunda estocada que hizo rodar al astado.

El caló es un conjunto de términos de origen impreciso y significación dudosa, que deforma nuestra lengua. Es utilizado en determinados sectores sociales, como el caló de los barrios, de los estudiantes, de los delincuentes, vagos, viciosos, malvivientes, etc. Las necesidades de los que emplean el caló determinan el uso de su lengua. Este uso se convierte en la norma del gremio que lo utiliza. Es hermético, de doble sentido y es una defensa para que los extraños no comprendan lo que se dice. Ejemplo:

Nel, en lugar de no; luz, por dinero; simón o is para decir sí; o las mutilaciones de compañero: ñero, compa, ñeris, ñis

Los modismos en su noción etimológica, provienen de la palabra Moda e ismo (práctica). Un modismo es un hábito en un lugar común, una costumbre en forma de frases habladas o escritas. Entre los modismos se pueden mencionar el refrán, el adagio, el proverbio y los términos propios de una determinada región o regionalismos. Ejemplos:

Para decir niño o muchacho, en algunos lugares dicen: bato, chavo, huesco, guache, escuincle, mocoso Para referirse al menor de los hijos, dicen: El benjamín de la familia.

Refranes o adagios:

Dime con quién andas y te diré quién eres. No hagas cosas buenas que parezcan malas, etc..

Proverbios:

Aún no ha salido del cascarón y ya se siente con espolón. Consejo es de sabios, perdonar injurias y olvidar agravios. Nunca es tarde para bien hacer; haz hoy lo que no hiciste ayer. Vivir plenamente, hace sana y rica a la gente.


DIFERENCIA ENTRE MODISMO Y CALÓ

El modismo es comprendido, practicado y aceptado en forma franca y abierta, en el contexto general de la lengua que se habla en la región, entidad o país; mientras que el caló es cerrado, de doble sentido, y sólo lo emplea y entiende un pequeño grupo social o de barrio.


Tipos de HABLA:

EXPRESIÓN CULTA O FORMAL

Aplica estrictamente las reglas gramaticales, no admite modismos, vulgarismos o expresiones que rompan con las normas fonéticas, morfosintácticas u ortográficas del lenguaje. Debe existir la formalidad en la aplicación de las reglas establecidas.

EXPRESIÓN COLOQUIAL O INFORMAL

Es la que se utiliza en la conversación cotidiana, no obedece reglas gramaticales para la comunicación, o sea, permite cambios fonéticos y gráficos sin alterar el significado. El lenguaje coloquial es llamado también informal o convencional, porque se emplea en la plática diaria en el trabajo, en la casa, en la calle…

EXPRESIÓN VULGAR

Es empleada por gente vulgar y de escaso nivel cultural. Se utilizan palabras soeces (viles, indignas).



EJEMPLIFICACIÓN DE DIVERSAS FORMAS DE EXPRESIÓN CON UN MISMO TEMA:

· Habla de los científicos:

La formación de los cúmulos y de cirrus anteceden muchas veces a la precipitación pluvial, con frecuencia acompañada por vientos de 10 kilómetros por hora.

· Habla formal:

Esa conformación de nubes permite pronosticar lluvia, por lo general acompañada de vientos no muy fuertes.

· Habla coloquial o familiar (con modismos):

Cuando las nubes tienen forma alargada, de abajo pa arriba, como barquillos, quiere decir que va a llover… por ahi dicen que no hay efecto sin causa; casi siempre hace viento también algo fuerte. Lo bueno es que un pequeño charco de agua, igual que un río profundo y caudaloso, puede reflejar el sol.

· Habla de algunos grupos juveniles (caló):

Neta que va a gotear a morir; mira hijín, cuando las nubes se ponen hasta la madre chiro, sueltan su borlote, con un vientecito que, ¡ay hojaldras!, hay que aperingarse de lo que se pueda.

· Habla de los poetas:

Los pilares de nubes auguran, con pocos titubeos, el llanto celeste; a veces trae el aliento de Eolo asido de la mano.

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